"Yo soy la resurreccion y la vida; el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá." Juan 11:25
EL MAYOR DE LOS MILAGROS
La resurrección de Cristo es el mayor de todos los milagros de él y la máxima prueba de su misión divina. Aunque Jesús hizo muchas maravillas, sin embargo, el apóstol Pablo dijo, según 1ra. Corintios 25:17, que sin su resurrección nuestra fé sería vana y estaríamos todavia en nuestros pecados.
La resurrección de Cristo es el mayor de todos los milagros de él y la máxima prueba de su misión divina. Aunque Jesús hizo muchas maravillas, sin embargo, el apóstol Pablo dijo, según 1ra. Corintios 25:17, que sin su resurrección nuestra fé sería vana y estaríamos todavia en nuestros pecados.
Además, su resurrección fué la señal que el mismo Jesús
prometió como la prueba de su misión divina (Mateo 12:38-40; Juan
2:19). Y si Jesús hubiera fallado en su promesa de volver a la vida el
tercer dia después de su muerte, se le hubiera podido acusar de
impostor.
LOS ENEMIGOS DE JESUS CONFIRMAN SU RESURRECCION
Los sacerdotes y fariseos, enemigos aférrimos de Jesús, comprendieron muy bien la importancia de su promesa de resucitar y por eso tomaron precausiones de sellar la tumba y de poner guardias. Esas medidas preventivas excluían la posibilidad de un posible fraude, ya que no habia manera de que alguien se pudiera robar su cuerpo de la tumba que, además de estar cubierta por la enorme piedra y sellada, también habían guardias vigilando de manera que era imposible cualquier intento sin que hubieran terribles consecuencias y pudieran enterarse las autoridades pertinentes.
LOS ENEMIGOS DE JESUS CONFIRMAN SU RESURRECCION
Los sacerdotes y fariseos, enemigos aférrimos de Jesús, comprendieron muy bien la importancia de su promesa de resucitar y por eso tomaron precausiones de sellar la tumba y de poner guardias. Esas medidas preventivas excluían la posibilidad de un posible fraude, ya que no habia manera de que alguien se pudiera robar su cuerpo de la tumba que, además de estar cubierta por la enorme piedra y sellada, también habían guardias vigilando de manera que era imposible cualquier intento sin que hubieran terribles consecuencias y pudieran enterarse las autoridades pertinentes.
Pero fueron los mismos principales sacerdotes y fariseos
los que confirmaron por medio de sus precausiones la certeza del
milagro de la resurrección de Cristo, el Hijo del Dios viviente. La
Biblia dice en el libro de Mateo, capítulo 28 y versículos del 11 al 15,
que unos de los que formaban parte de la guardia fueron a la ciudad
para darle aviso a los principales sacerdotes de las cosas que habían
acontecido. ¿Y que fué lo que ellos les fueron a contar? Bueno, veamos
lo que en Mateo 28:2-4 se nos dice sobre lo que sucedió y que fué visto
por los guardias.
Primeramente, los guardias estaban bien despiertos y
vigilantes, y de no haber sido así, hubieran tenido que despertarse
comoquiera ya que la Biblia dice que en ese lugar de la tumba hizo
aparición un ángel del Señor, descendiendo del cielo y llegando hasta
allí, y ocurrió como consecuencia de esto un gran terremoto. Aquellos
guardias recibieron tremendo sacudimiento a causa de ese terremoto, y
más aún, cuando vieron al poderoso ángel con aspecto como de relámpago y
su vestido blanco como la nieve (así mismo lo dice la Biblia), y que al
llegar allí, removió la piedra como si fuera un juguetito, y se sentó
sobre ella ahí mismo frente a los guardias. El miedo que sobrecogió a
los guardias cuando vieron al poderoso ángel fue tal, que les temblaba
todo, hasta el punto de quedar como muertos (sin que nadie los tocara).
Fué esa historia la que ellos le fueron, no a contar,
sino a dar aviso y alertar a los principales sacerdotes de que ellos
mismos fueron testigos oculares del evento sobrenatural que sucedió a
causa de la resurreción de Cristo. Se efectuó una reunión entre los
ancianos y los guardias; entonces hubieron acuerdos fraudulentos para
hacer callar a los guardias. Y como siempre sucede entre la gente que no
tiene temor de Dios, aunque se hagan llamar líderes religiosos, se
procedió a chantajear con la mentira, dándoles mucho dinero a los
soldados (vs. 12) para que dieran un testimonio falso y contrario a lo
que ellos mismos vieron con sus propios ojos. Y esto fué lo que les
ordenaron los ancianos: "Decid vosotros: Sus discípulos vinieron de
noche, y lo hurtaron (el cuerpo de Jesús), estando nosotros dormidos."
(vs. 13). Los principales sacerdotes se iban a encargar de ponerlos a
salvo de un posible castigo si el asunto llegaba a oídos del gobernador.
Así que los guardias "...tomando el dinero, hicieron como se les había
instruído." (vs. 15).
SU RESURRECCION ES REAL
La resurrección no fué un retorno aparente, o una mera alucinación de los apóstoles, sino que Cristo reasumió su cuerpo humano. La resurrección de Cristo es un hecho histórico atestiguado por testigos que no podían, ni querían engañar, y mucho menos ser engañados. Entre aquellos que la Biblia menciona que vieron a Jesús resucitado se incluye primeramente a Maria Magdalena, Maria la madre de Jacobo, Salomé (Mat.28; Mar.16), Juana y las demás con ellas (Luc. 24:10), a los apóstoles (Mar.16:14; Juan 20:19-29), a Cleofas junto a otro discípulo (Lucas 24:13-35), a más de 500 hermanos a la vez (1a.Cor.15:6), y por último al apóstol Pablo (1a.Cor.15:8).
La resurrección no fué un retorno aparente, o una mera alucinación de los apóstoles, sino que Cristo reasumió su cuerpo humano. La resurrección de Cristo es un hecho histórico atestiguado por testigos que no podían, ni querían engañar, y mucho menos ser engañados. Entre aquellos que la Biblia menciona que vieron a Jesús resucitado se incluye primeramente a Maria Magdalena, Maria la madre de Jacobo, Salomé (Mat.28; Mar.16), Juana y las demás con ellas (Luc. 24:10), a los apóstoles (Mar.16:14; Juan 20:19-29), a Cleofas junto a otro discípulo (Lucas 24:13-35), a más de 500 hermanos a la vez (1a.Cor.15:6), y por último al apóstol Pablo (1a.Cor.15:8).
No puede haber ninguna duda, por lo tanto, de que el
testimonio de todos estos y demás testigos pudo más que el testimonio
falso de los soldados chantajeados por los principales sacerdotes
judios. La resurrección de Cristo es un hecho real. Los apóstoles dieron
testimonio constante de ella, y de hecho, la consideraron como la base
de toda su predicación. Hechos 4:33.
CRISTO ES NUESTRA RESURRECCION
Jesúcristo dijo: "Yo soy la resurrección y la vida;
el que cree en mí, aunque esté muerto, vivirá. Y todo aquel que vive y
cree en mí, no morirá eternamente. ¿Crees esto?" Juan 11:25, 26. El Señor te invita para que creas en él, si es que aún no lo has hecho.
El te dice por Su Palabra: "Si puedes creer, al que cree todo le es posible." Marcos 9:23.
fuente: bibliotemas.org
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